Me decepcionó el asunto. No es que yo quiera deshacerme de la finca porque no me guste, sino porque la veo inabarcable para mis posibilidades y como se va deteriorando poco a poco.
Me dan pena, sobre todo, los olivos, que llevan años sin podarse y son lo que más vale de la finca. Terminarán por perderse.
Tampoco me gustan las nuevas vecinas, unas vacas que son el principio de una ganadería que Miguel quiere poner en la finca. Para eso necestita la de Juanti.