Terminada la temporada de caza, los animales pasean, vuelan por el campo con libertad y confianza. No terminan de fiarse del hombre y hacen bien. Debió pensar que yo también era una persona y no un escarabajo.
Esta perdiz estuvo correteando a mi alrededor un buen rato. Cuando trataba de acercarme huía rápido. En una de estas ocasiones se escondió tras una vid. Desde lejos pude fotografiarla.
Son muy graciosos los animales. Me gusta conocer su personalidad cuando están en libertad.
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