Pongo a Dios por testigo que nunca más volveré a rastrillar el camino de acceso.
Se quedará como lo veis ahora porque utilizaré herbicidas para que no crezca la hierba en él.
Limpiarlo es un trabajo necesario, pero absurdo. Exige demadiado tiempo y esfuerzo que puedes dedicar a otras cosas. Han sido tres semanas de trabajo, yendo casi todos los días. Y aún no he terminado con él, ni con otros caminos que hay que limpiar para, al menos, desplazarse por la finca sin llenarse las zapatillas de pinchos.
Dije que presentaría la foto y aquí está. ¿No está más bonita la finca así? En la foto de abajo vemos el camino a finales de mayo y en la de arriba como ha quedado ahora, finales de julio.
Creo que todas las especies que habitamos la finca nos beneficiaremos de esta ayuda que nos brinda la ciencia. Los herbicidas son malos si se utilizan en exceso. Tampoco saben igual los frutos de las vides allí donde se ha echado veneno, pero en los caminos me parece que no está mal, ni atentamos contra la naturaleza.
Por cierto, el caminito que se ve al final de la foto del camino ya limpio, separa las dos partes de una de las fincas y lleva directamente a la calzada romana, que se vislumbra al fondo y a mi nido, que está justo detrás del grupo de encinas de la izquierda.