jueves, 28 de julio de 2011

Se seca el nogal


Este verano no ha sido especialmente caluroso, exceptuando algunos días, para el nogal está siendo muy duro, hasta el punto de que a pesar de los cuidados, es el que más riego, se está secando, Necesita  más agua de la que ahora le pongo,  hay que tener en cuenta que no ha llovido en 60 días.
Seguiré regándolo porque cuando de verdad sabremos que si está seco será la próxima primavera.
Me da mucha pena, es uno de los árboles al que más cariño le tengo. Que le vamos a hacer.

domingo, 24 de julio de 2011

Flores de fuego



Aún siguen creciendo flores en medio de los rastrojos, en un mes de un julio en el que no ha llovido ni un día, si mal no recuerdo.
Deben ser muy resistentes y tener unas raices larguísimas para coger algo de humedad del subsuelo. Son bonitas y algo alegran en la cansina monotonía del amarillo.
Hay otras que crecen en la zona más húmeda, sobre los rastrojos ya arrancados de la finca, son unas bonitas campanillas, ajenas al calor y la fealdad que las rodea.

Lo que el rastrillo se llevó



Pongo a Dios por testigo que nunca más volveré a rastrillar el camino de acceso.
Se quedará como lo veis ahora porque utilizaré herbicidas para que no crezca la hierba en él.
Limpiarlo es un trabajo necesario, pero absurdo. Exige demadiado tiempo y esfuerzo que puedes dedicar a otras cosas. Han sido tres semanas de trabajo, yendo casi todos los días. Y aún no he terminado con él, ni con otros caminos que hay que limpiar para, al menos, desplazarse por la finca sin llenarse las zapatillas de pinchos.
Dije que presentaría la foto y aquí está. ¿No está más bonita la finca así? En la foto de abajo vemos el camino a finales de mayo y en la de arriba como ha quedado ahora, finales de julio.
Creo que todas las especies que habitamos la finca nos beneficiaremos de esta ayuda que nos brinda la ciencia. Los herbicidas son malos si se utilizan en exceso. Tampoco saben igual los frutos de las vides allí donde se ha echado veneno, pero en los caminos me parece que no está mal, ni atentamos contra la naturaleza.
Por cierto, el caminito que se ve al final de la foto del camino ya limpio, separa las dos partes de una de las fincas y lleva directamente a la calzada romana, que se vislumbra al fondo y a mi nido, que está justo detrás del grupo de encinas de la izquierda.

viernes, 22 de julio de 2011

La madre de todas las maras



Durante este tiempo no he dejado de acudir a la finca. El riego de los árboles (ahora tengo que llevar el agua desde casa en el carrito de la compra) me ocupa mucho tiempo, lo mismo que la lucha sin fin contra los rastrojos.
Todas aquellas bonitas flores e hierbas primaverales se han convertido en los que veis en las fotos. Yo no me rindo, estoy centrada en los caminos y en los lugares de posibles avisperos.
Espero poder presentar pronto la foto del camino principal ya limpio. Desde luego, el año que viene pienso echarle herbicidas, caiga quien caiga. Limpiar los caminos es un trabajo duro, cansado y me parece que podría evitarlo. La única solución son los herbicidas, de los que me he hecho incondicional.

sábado, 9 de julio de 2011

La lucha contra los rastrojos


La mayor parte de mi trabajo en la finca consiste en arrancar y arrastrar rastrojos hasta la hondonada. En invierno se hace más llevadero, pero ahora, en verano, la verdad es que cuesta, hace demasiado calor y yo soy lenta y minuciosa en mi trabajo.
Ahora estoy centrada en la prevención de posibles avisperos que aprovechan la gran cantidad de hierba seca para esconder sus panales. Es decir, hay que quitar rastrojos.
Menos mal que tengo algún descanso, regar los árboles o ponerles tratamiento contra los parásitos. Ayer  eché insecticida al avellano, que tenía todas las hojas mordisqueadas. Ya lo hice con uno de los guindos y parece que da resultado.
Por otro lado, las brevas de las higueras ya han desaparcido comidas por los pájaros que acuden en grandes bandadas. Todas las higueras tiene ahora higos pequeños.

lunes, 4 de julio de 2011

Mi nido


Desde un principio, esta fue la placita en la que dejábamos las cosas. Allí nos hacíamos las barbacoas y charlábamos o peleábamos, que de todo había.  Luego, Juanti cambió el lugar y puso la central de operaciones debajo de un olivo en la finca de abajo.
Yo he seguido teniendo querencia por este sitio, hasta el punto en que lo he convertido en mi nido. Allí tengo todo, mi agua, mi fruta, mis herramientas, mi sombrero, mi tabaco, en fin, todo lo que necesito para estar cómoda y tener a mano todo lo que necesito.

Sólo quedan ellos




Esta es la alberca donde recojo el agua para regar. Allí viven estos peces. Miguel los ha puesto allí para asegurarse de que el agua está en buenas condiciones. Si mueren es que algo va mal. Pobres.
Por ahora, son los únicos habitantes de su finca, a Nerón se lo ha llevado a una finca en Ciudad Real.