viernes, 22 de julio de 2011

La madre de todas las maras



Durante este tiempo no he dejado de acudir a la finca. El riego de los árboles (ahora tengo que llevar el agua desde casa en el carrito de la compra) me ocupa mucho tiempo, lo mismo que la lucha sin fin contra los rastrojos.
Todas aquellas bonitas flores e hierbas primaverales se han convertido en los que veis en las fotos. Yo no me rindo, estoy centrada en los caminos y en los lugares de posibles avisperos.
Espero poder presentar pronto la foto del camino principal ya limpio. Desde luego, el año que viene pienso echarle herbicidas, caiga quien caiga. Limpiar los caminos es un trabajo duro, cansado y me parece que podría evitarlo. La única solución son los herbicidas, de los que me he hecho incondicional.

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