Hasta ayer, en que se quedó muy tranquilamente tomando el sol sin preocuparse de que yo pasara por allí.
Parece que se ha acostumbrado a mí. Pude hacerle varias fotos y daba la sensación de que estaba posando, la muy presumida. De vez en cuando me la encuentro y ya no huye despavorida.
Me gusta sentirme aceptada por otros habitantes de la finca.
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