miércoles, 22 de junio de 2011

Horroroso descubrimiento




El pasado martes fui a la finca con la intención de regar los árboles, llevamos muchos días sin lluvia y el calor es muy fuerte. Esto es algo que merece el esfuerzo porque los pobres arbolicos deben estar sedientos y sé que agradecen un poco de agua.
 Cuando llegué a uno de los pinos pequeños y le estaba echando agua fui atacada por un enjanbre de avispas enfurecidas. Fueron unos segundos. Me picaron en el brazo (o pata) derecho. Debieron ser más de siete. Tres arriba, seguro,  y en el antebrazo no sé cuantas. El dolor era insoportable y me fui a echarme algo de barro, no tenía otra cosa a mano.
Medio recuperada pensé que allí había un avispero. Con el rastrillo,  para no acercarme,  levanté la maceta que rodea el alcorque del pinito y descbrí el maldito enjambre.
Algunas celdas ya estaban vacías, otras tenían aún el huevo aún sin eclosionar. Me pareció algo repugnante, más, incluso, que los aliens.
A la mañana siguiente, con el brazo (o pata) bien hinchado fui a fotografiarlo y destruirlo, lo hice a pedradas.
Habían nacido unas cuantas avispas más, aun podían verse los restos del huevo, otros aún no se habían abierto.
Ahora entiendo la agresividad que mostraron. Estaban ayudando a nacer a sus hermanas.
Habrá que hacer algo con esta especie, no la quiero en la finca. Tengo que idear un plan para desahacerme de ellas.

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